Derecho y literatura III
“El elogio de los jueces, escrito por un abogado”, de Piero Calamandrei
Estupendo libro que conocí en lujosa edición argentina, acompañada de pequeñas y adecuadas
viñetas, texto sugerido por el recordado maestro García Michaus. ¿Qué encontré en el libro de
Calamandrei? las anécdotas y reflexiones de un abogado litigante, los
comentarios recogidos de otros colegas o de doctos jueces togados. Casos como
el del jerarca fascista llevado a juicio por no pagar las cuotas de la asociación
a que pertenecía, o el terrible asunto del caballo mordedor; las dudas y culpa
de un juez que condenaba a un participante del mercado negro siendo él mismo
asiduo de tal forma de comercio, o la dulce voz de una mujer en las salas
desiertas de un juzgado.
Anécdotas, sí; pero también la
reflexión sobre las profesiones jurídicas, principalmente las de abogado y
juez. Comentarios ora irónicos, ora nostálgicos, lo mismo sobre experiencias
propias que ajenas. Meditaciones sobre clientes, asuntos complejos; y sobre
todo, la práctica de una profesión liberal en épocas del demente totalitarismo
de Mussolini, el Duce que se soñó Emperador.
Sobre todo, me sedujo su prosa
bien escrita, poesía sin rima que enamora por el ritmo y el uso de figuras
retóricas. Es un libro que ilustra a la vez que gusta, y eso lo sabemos, no es
fácil. Pluma literaria en una mente jurídica, rara avis acompañada en México por Emilio O. Rabasa.
¿Por qué leerlo? Por diversión y
por cultura. Por reflexionar sobre nuestra práctica. Por conocer lo que un gran
abogado y destacado procesalista pensaba. Y, lo que no es menor, porque leer lo
bueno nos enseña a escribir con precisión, claridad y elegancia.
Eso, ni en un libro ni en una
demanda, sobra.
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