Por qué es interesante el derecho electoral

Existen ramas del frondoso árbol jurídico en las que todo está dicho. El derecho civil, por ejemplo, es una armoniosa construcción de sólidos cimientos romanos; poco es lo que hay que decir, poco es lo que falta por construir (a menos claro, que se piense quitar los augustos basamentos en que se sostiene)

La rama penal, de recientes y grandes avances,cuenta ya con cultivadores de solera, pero tal disciplina no me ha atraído particularmente. La disciplina constitucional es la frondosa copa que da la sombra necesaria, con la dosis adecuada de sol a cada fruto; y la más verde de sus partes es justamente el derecho electoral.

Normas que se vinculan de manera directa al ejercicio de la soberanía, que regulan el acceso al poder mediante la voluntad del cuerpo electoral. Derecho que cambia después de cada comicio, tanto de manera legislativa (bástenos recordar la reciente reforma político-electoral) como en virtud de la interpretación, tanto de la Corte, como de una judicatura altamente especializada.

No hay santones aún. No hay verdades incuestionables. Cambio es la constante, razón el ejercicio diario, argumentación el juego permanente de las inteligencias. Nada está dicho, todo está por decirse.

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