Reflexiones sobre una biblioteca jurídica

Los textos que tenemos hablan de nuestras aficiones. Nos dicen lo que hemos sido así como lo que nos afanamos en ser, las clases que recibimos y las que hemos dado. Los trabajos en que hemos entregado nuestras capacidades. Los textos que hemos escrito.

Algunos libros jurídicos los considero entrañables. El estupendo texto de Eduardo J. Couture, "Fundamentos de Derecho Procesal Civil", claro, bien escrito, preciso y a mi parecer, sin desperdicio. De Emilio Rabasa, "La constitución y la dictadura", elegante, de prosa que fluye demostrando una mente excepcionalmente bien amueblada; para mí, sigue siendo nuestro mayor constitucionalista.

H.L.A. Hart, con su "El concepto del Derecho", que me convenció con su modelo acerca del entramado jurídico, y por quien me considero afiliado a su corriente positivista. Carlos Santiago Nino, que en "Introducción al análisis del Derecho" demuestra la posibilidad de exponer claramente qué es el derecho, y cómo funciona. De Manuel Atienza, sería difícil escoger un texto, pero en "La guerra de las falacias" demuestra que el conocimiento profundo de la argumentación se puede aplicar (se debe aplicar, como una función auténticamente cívica) al análisis del discurso político.

José Ramón Cossío, a quien considero el mejor constitucionalista mexicano vivo, que en su libro de pequeñas dimensiones (que después es un capítulo de su obra "Cambio social y cambio jurídico") "Dogmática constitucional y régimen autoritario", evidencia el uso políticamente justificatorio de cierta visión del constitucionalismo mexicano. Los "Apuntes de clase" de Teoría del Estado, de Jesús Reyes Heroles, político-intelectual al estilo antiguo, de sólida formación. "Una constitución para la democracia" de Jaime Cárdenas, que aúna el análisis y la propuesta con claridad y rigor.

De Kelsen, su "Garantía jurisdiccional de la Constitución", que brinda un estupendo método de análisis para cualquier proceso constitucional, además de su "Teoría del Estado" y la brillante, estimo insuperada, explicación del estado federal. Cosío Villegas, con "La Constitución de 1857 y sus críticos", que tengo en primera edición, libro en que el estilo beligerante y el rigor histórico van de la mano. Nervio guiado por la convicción.

Entiendo perfectamente a Alfonso Reyes, de quien se dice que sintiendo ya que sus días se acortaban, pidió le llevaran la cama a su biblioteca, la "Capilla Alfonsina". La cercanía de la familia enmarcada con los libros que en buena medida nos han hecho lo que somos.

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