Intervención del consejero Luis Octavio Vado Grajales al inicio de las campañas electorales en Quéretaro.

Señoras, señores.

En un estupendo libro llamado “Cómo mueren las democracias”, Steven Levitsky y Daniel Ziblatt afirman que una de las normas no escritas de la democracia americana, consiste en tratar a los miembros y simpatizantes del partido opuesto como rivales, pero no negarles buenos motivos, patriotismo, o  legitimidad para contender. Hoy, la democracia americana está en crisis, y la mexicana no ha concluido su proceso de maduración.

Al iniciar las campañas, a nombre propio y en mi calidad de Consejero Electoral, quiero llamar a la moderación y la mesura en los dichos de quienes hoy empiezan a contender. Aquellos que buscarán en estos días el favor ciudadano, deben reconocer como un imperativo moral, que quienes no piensan igual, o proponen programas diversos al suyo, no son por este simple hecho, enemigos a quienes no sólo hay que derrotar en las elecciones, sino también negar cualquier buen sentido, e incluso, la posibilidad de tener el favor popular.

Ni México ni Querétaro son propiedad de un partido o de un grupo. La patria a todos acoge y a nadie rechaza.

Es cierto, nuestro régimen democrático se basa en la libertad de opinar lo que queramos. Es cierto también que los criterios del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en materia de la libertad de expresión de los partidos, han establecido amplísimos márgenes que permiten decir, sin responsabilidad legal, lo que la ética y el sentido de comunidad no permitirían sostener públicamente.  

Y reconociendo ese amplio margen, que los tribunales han definido, considero mi deber decir esto: Cada grave, venenoso y artero ataque al contrario puede significar un voto, puede conseguir puntos en las encuestas, pero duplicará el descrédito de la política y de la democracia.

Cuando no tengamos ni políticos ni demócratas, ¿quienes tomarán las decisiones?

Muchas gracias.

Comentarios