Miscelánea jurídica LIX
"Crises of democracy" de Adam Przeworski
Przeworski tiene la virtud de la
seriedad. No llega a conclusiones fáciles, a veces más bien llega a
intuiciones; a las que arriba mediante el estudio serio y completo de su tema.
Tal vez no es un autor para el gran público, pero sí lo es para todas y todos
quienes nos interesamos de forma permanente por la democracia.
Otra virtud de nuestro autor es
la honestidad intelectual. Precisa lo que entiende por “democracia” de manera
que encuadre todo su trabajo, para él esta es “un arreglo político en el que la
gente escoge sus gobiernos a través de elecciones, y tiene posibilidades de
remover a quienes están en el gobierno si ya no le gustan”[1],
aceptando que es un concepto mínimo y meramente electoral.
Continuando con la preocupación
que expresó en su libro anterior, Przeworski profundiza en los problemas de la
democracia a partir de las expectativas que pueden formarse quienes participan
en las elecciones, tanto quienes ganan como quienes pierden. Considera que
éstas son un mecanismo para procesar pacíficamente los conflictos en la
sociedad (no para terminarlos) siempre que se cumplan varios supuestos:
1. Los
partidos puedan estructurar adecuadamente los conflictos y procesarlos a través
de las elecciones, lo que supone un cierto grado de control sobre su
militancia.
2. Los
partidos tengan incentivos para jugar de acuerdo con las reglas (lo que implica
que no pierdan todo ni ganen todo, o no de forma definitiva)
3. Las
instituciones representativas tengan la posibilidad de procesar tales
conflictos porque todas las fuerzas pueden participar en las mismas.
Ahora bien ¿por qué ha una crisis
de la democracia? Lo primero que debemos tener en mente es que el diagnóstico
depende de la definición de democracia, que en este caso Adam Przeworski ya nos
ha dado, por tanto sus ideas pueden no ser aplicables a otros casos en los que
se prefiera una definición más amplia o diversa. Lo segundo es que nuestro
autor afirma que la democracia falla cuando se presenta alguna de los dos casos
siguientes:
·
Los resultados electorales no tienen ningún
efecto en la vida de las personas. Todo sigue igual aunque se sustituya la
élite gobernante.
·
Quienes ganan abusan de su poder para poder
mantenerse en el gobierno al eliminar o reducir en gran medida la
competitividad de las elecciones.
El libro hace un repaso ameno y
pertinente de distintos casos de democracias fallidas, de igual forma pasa
lista por los problemas principales de las democracias actuales a través de los
resultados de distintos estudios estadísticos. Se ocupa del tema del
debilitamiento de estos regímenes, que tiene que ver con los puntos ya
apuntados; en buena medida en el debilitamiento de los partidos; también aborda
el debilitamiento de la democracia por la acción de los gobiernos mediante un
deslizamiento al autoritarismo que parece, paso a paso, constitucional, lo
ilustra con casos recientes como los de Polonia, Turquía y Hungría.
No es optimista, sino
moderadamente pesimista (en lo que se iguala con Madeline Albrigth, autora de
“Facism: A warning”) y no deja de insistir en el talante poco democrático de
nuestros regímenes representativos. Al final deja un mensaje ominoso: esta
crisis que se vive tiene profundas raíces en la economía y en la propia
sociedad.
En suma es un libro bien escrito,
pensado menos como un best seller y más como un diagnóstico serio y
responsable. Desde luego recomiendo su lectura pero sugiero, como en los casos
de cualquier otro libro de este tipo, tener cuidado al aplicarlo sin más al
caso de un país en concreto, y partir de la base de lo que el autor entiende
por democracia, ya sea para compartir su concepto o, si no, para no usarlo.
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