Conferencia Sergio Aguayo. UAQ 6 de noviembre de 2015
Mi apunte personal de la conferencia.
A partir del 2 de octubre del 68
el estado empezó a perder el control de la violencia, desde esa fecha, por un
lado se ha construido una cultura de paz (elecciones, derechos de las mujeres,
de la diversidad, etc.) transitándose un camino hacia la democracia; por otro
se desarrolla una historia de violencia, negada por el estado y la sociedad.
Buena parte de esta pérdida del
control de la violencia, se entiende a partir de la posición geopolítica de
México, que se encuentra en el centro de un sistema por el que fluyen personas,
ideas, armas, dinero, de norte a sur, a lo largo de un siglo. El control del
espacio aéreo del Caribe desde 1993, da mayor fuerza a los carteles mexicanos
en cuanto al transporte de la droga.
Para medir el por qué algunos
jóvenes se integran al mundo de la droga y otros por el campo de la legalidad, se
levantó una encuesta sobre “capital social” en diversas porciones del
territorio. De esto se desprende que hay adhesión al estado, o al estado
paralelo. Lo que lleva a una situación u otra, tiene que ver con la creación de
valores en los grupos inmediatos (familia, salón de clases, amistades) y lo que
ahí se platica. Dependiendo de lo que ahí se platique, se van ubicando los
jóvenes de un lado u otro (capital social positivo o negativo) (Es una falacia
que la pobreza lleve a la delincuencia necesariamente. Estudios entre pandillas
de Los Ángeles lo demuestran. Influye, pero no es determinante) el segundo
nivel se convierte en base de soporte del crimen organizado, y se constituye
por las pandillas de niños y adolescentes, que copian incluso las ceremonias de
iniciación de otros grupos, por ejemplo, de los “Maras”. La forma superior es
el crimen organizado. Ahora bien, entre el 20% y una tercera parte de la
población apoyan al crimen organizado.
La música vinculada al narco
justifica la violencia a través de la ganancia económica. El primer narcocorrido
fue de 1931 sobre un narco llamado “El Pablotas”, que mata a un policía porque
lo tacha de “feo”.
El capital social positivo tiene
que ver con familia, amigos, asociaciones deportivas, instituciones del estado.
Tiene que ver con la participación y organización dentro del derecho, por
ejemplo protestas pacíficas, iniciativas ciudadanas. En estos casos, el
referente es el estado y sus instituciones.
Desde luego se puede transitar de
un lado al otro del capital social.
Frente a lo anterior, ¿qué hacer?
Una primera actitud posible es evadirse, reacción humana pero no basta. No hay
recetas fáciles, pero las evidencias apuntan a que en aquellas ciudades donde
la sociedad se organiza, esto es, hay más nivel intermedio, es posible
enfrentar a los malos gobernantes y al crimen organizado. A mayor organización
de la sociedad civil, menos crímenes (por ejemplo, Iztapalapa, de los últimos
lugares en organización civil, y de los primeros en criminalidad) por eso
resulta necesaria la construcción de capital social positivo.
Algunos datos expuestos en la
conferencia son:
·
En la Ciudad de México están mejor organizados e
informados, segundo lugar Oaxaca, tercero Querétaro.
·
El conocimiento (educación universitaria,
participación en el SNI) abona al desarrollo de capital social positivo.
Querétaro está en segundo lugar nacional.
Para una defensa adecuada de los
Derechos Humanos, es necesario conocer cómo piensan quienes los violan, estén
en el gobierno o en el crimen organizado. Algunas porciones del territorio
nacional esta controlado por un estado paralelo, que controla parte del
territorio que rodea a Querétaro.
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