Derecho y literatura VIII

Memorias. José Fouché, Duque de Otranto

Libro escrito por un político cuya vida, más que su obra, han superado la prueba del tiempo. Lo mismo revolucionario radical que ministro de Napoléon o de la Restauración. Encargado de la policía política o del gobierno de ciudades conquistadas. Maniobrero consumado.

El texto, escrito en la primera persona que se agradece a quienes redactan sus propias memorias, tiene un estilo ágil, el autor sabe mantener el interés y la extensión del texto no se siente. Lo mismo la anécdota que la descripción de personajes, y de entre todos, uno de los más importantes de la historia moderna: el corso que dominó Europa. Cierto, hay un tufo autojustificatorio, propio de toda autobiografía, pero sin llegar a la desvergüenza del Vasconcelos de "Ulises Criollo", Fouché nos habla de sus intenciones políticas, descubre sus maniobras y enjuagues. 

¿Qué visión tiene el autor del derecho? Ante todo, debemos entender que es un político en situaciones extraordinarias (guerras, imperios, revoluciones) y que se guía por dos objetivos: la propia supervivencia y el mantenerse como actor principal de los hechos, con éxito absoluto en ambos. Así, en el texto reivindica (¿sólo en la palabra?) en todo tiempo los valores de la Revolución francesa, y la necesidad de respetar las normas (así sea formalmente), sin embargo, deja entrever que en otras ocasiones pueden no aplicarse, cuando así lo solicite la razón de Estado. Cuestiona el incumplimiento de los tratados, no tanto por cuestiones éticas, sino porque hace poco confiable en el concierto internacional a quien así procede.

Lectura muy interesante, amena. Conocer de primera mano a una personalidad camaleónica, un hombre pleno de recursos que no sólo conserva la cabeza cuando lo más fácil es perderla, sino que además se las arregla para servir a la Revolución, a Napoleón y a los Borbones; por su conocimiento de los secretos del sistema y su uso brillante de los mismos, es una especie de Francis Urquhart o Frank Underwood del pasado.


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